Con un marcador de 40 sobre 22, los Eagles de Philadelphia se impusieron en la edición 59 del Super Bowl a los Chiefs de Kansas City, en un emocionante juego ante más de 76,000 espectadores —entre ellos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump— que colmaron las graderías del Caesars Superdome en Nueva Orleans.
Los Eagles llegaron al descanso de medio tiempo con una ventaja de 24-0 sobre los dos veces campeones defensores, una de las diez mayores ventajas en la primera mitad en la historia del Super Bowl.
Las estrellas de los los Chiefs, Patrick Mahomes y Travis Kelce, fueron neutralizados por una sólida defensa de Philadelphia y vieron truncados sus sueños de alzarse con el tercer trofeo Lombardi consecutivo, algo sin precedentes. Kansas City habría roto ese récord en la misma ciudad donde obtuvieron su primer Super Bowl sobre los Vikings Minnesota el 11 de enero de 1970.